EL PORFIRIATO
El 15 de julio de 1867, la
capital de México recibió con júbilo a Juárez, que regresaba triunfante. Con su
victoria se afianzaba la república, que había sido atacada por el imperio de Maximiliano.
A la época que va de 1867 a
1876, en que se firmo el gobierno republicano, se le llama la república
restaurada. En realidad, el gobierno de Juárez logro que la república no
desapareciera nunca. Con su triunfo, y gracias al respeto que su gobierno tuvo
por la constitución y por las leyes se le consolido el estado mexicano y
disminuyo el desorden político.
Juárez y el presidente que
siguió, Sebastián Lerdo de Tejada, sabían que el país necesitaba rehacer la
agricultura y la industria, construir ferrocarriles y poblar bastas extensiones
donde no vivía nadie. Pero sus planes no pudieron realizarse debido que no tenía
dinero, a las rebeliones de indígenas que habían perdido sus tierras, a que los
caminos estaban llenos de asaltantes y a los alzamientos militares sin embargo,
consiguieron promulgar leyes que fortalecieron la educación pública y
multiplicar las escuelas que el gobierno sostenía para los niño.
En 1873, bajo el gobierno de
Sebastián Lerdo de Tejada, se inauguro la primera línea de ferrocarril, de la
ciudad de México a Veracruz. Fue construida con capital inglés y tardo quince
años en terminarse.
LA PAZ PORFIRISTA
Juárez fue Presidente de México
desde 1858 hasta su muerte, en 1872. El año anterior había sido reelecto, y el
general Porfirio Díaz se levanto en armas para protestar pero fue derrotado.
Unos meses después, al morir Juárez, de a cuerdo con las leyes asumió la
presidencia de la República Sebastián Lerdo de Tejada, que era presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la nación. Cuatro años más tarde, Sebastián Lerdo
de Tejada busco reelegirse y Díaz volvió a rebelarse; esta vez tuvo éxito y
tomo el poder.
El pueblo mexicano estaba cansado
de las revueltas y la inseguridad. Además, México necesitaba capital
extranjero, porque no tenía dinero, y para atraerlo era indispensable que
hubiera tranquilidad.
Con mano dura, Díaz impuso
la paz y se preocupo porque el gobierno funcionara mejor. “Poca política y
mucha administración” era el lema de su tiempo. Díaz consiguió mantener el
orden mediante la policía y el ejército. Se persiguió lo mismo a los bandoleros
que todo intento de oposición. Con el orden, aumento el trabajo y se hizo
posible el desarrollo económico, pues el país tenia recursos y los empresarios
podían obtener ganancias.
Sin embargo, con el paso de
los años fue creciendo el descontento por la miseria en que vivía la mayoría de
la gente y porque Díaz tenía demasiado tiempo en el poder. Cada vez fue más
difícil mantener el orden.
LA PROSPERIDAD PORFIRISTA
Durante el gobierno de Díaz
se rehabilitaron varios puertos, y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas.
Los ferrocarriles se trazaron hacia los
puertos más importantes y hacia la frontera con Estados Unidos, para facilitar
el intercambio comercial con aquel país. Al mismo tiempo, aumentaron la
circulación de productos entre distintas regiones de México, y sirvieron como
medio de control político y militar.
El correo y los telégrafos
se extendieron por el territorio nacional. Se fundaron algunos bancos, el
gobierno puso en orden sus finanzas, comenzó a cobrar impuestos regularmente, y
llego a pagar las deudas des país. Esto permitió el progreso de la agricultura,
el comercio, la minería, y la industria: sobre todo la cervecera, la
tabacalera, la vidriera y la textil.
México tuvo un crecimiento
económico nunca visto. Pero el desarrollo favoreció desproporcionalmente a los
pocos mexicanos y extranjeros que tenían dinero para intervenir. Extensiones
enormes de tierras deshabilitadas fueron compradas por esa poca gente, que se
hizo dueña de propiedades inmensas (latifundios). La desigualdad entre los
ricos, que eran muy pocos y los pobres, que eran muchísimos, se fue haciendo
cada vez mayor.
Los indígenas fueron
despojados de sus tierras, y casi todos los campesinos tuvieron que trabajar en
las haciendas. Estaban mal pagados, tenían poca libertad y se veían obligados a
gastar lo que ganaban y a pedir fiado en las tiendas de raya, que eran de los patrones.
Estas deudas los forzaban a seguir trabajando en la misma hacienda aunque
fueran maltratados.
SOCIEDAD Y CULTURA
en los primeros años de vida
independiente el país estaba muy mal comunicado. Se viajaba en diligencias, a
caballo o a pie, por caminos malos plagados de asaltante. Del transporte se
hacían cargo los arrieros, con sus recuas de mulas. Para ir del centro de México
a los Estados Unidos había que viajar por barco, de Veracruz a Houston o a
Nueva Orleans. También se llegaba por mar a Yucatán.
Durante el Porfiriato, los
ferrocarriles y el telégrafo transformaron la vida. Los viajes resultaron más rápidos,
cómodos y seguros; los mensajes llegaron en menos tiempo.
Logro ampliarse notablemente
la educación pública; cada vez más gente pudo estudiar alguna carrera y empezó
a surgir en las ciudades una clase media de profesionistas y burócratas. Mucha
gente aprendió a leer y esto le permitió que aparecieran nuevos periódicos,
revistas y libros escritos e impresos en México.
La paz propicio que
avanzaran las ciencias, las artes y la técnica. Se fundaron academias, museos y
sociedades artísticas y científicas. Se construyeron teatro, que presentaban
compañías europeas y mexicanas. Pronto el cinematógrafo se extendió por todo el
país.
Un grupo de historiadores
publico México a través de los siglos;
otro grupo escribió México y su evolución
social. Justo Sierra inauguro la Universidad Nacional.
Los músicos crearon
composiciones con hondas raíces populares. Hubo grandes novelistas, poetas,
cronistas y cuentistas. En los últimos años de gobierno de Porfirio Díaz un
grupo de muchachos brillantes y estudiosos formaron en la Ciudad de México el
Ateneo de la Juventud, que busco libertad y nuevos para el pensamiento y para
la creación.
A fines del Porfiriato se
vivía en un clima de represión. De eso dan muestra la torpeza con que se
negociaron y la dureza con que se reprimieron las huelgas de Cananea (1906), en
Sonora, y de Rio Blanco (1907), en Veracruz, así como la manera en que se
persiguió a los periodistas que criticaban al régimen. Los implacables rurales
mantenían a sangre y fuego la paz en el campo.
LA DICTADURA PORFIRISTA
Porfiriato,
periodo de la historia de México, comprendido entre 1876 y 1911, durante el
cual el país estuvo gobernado por el general Porfirio Díaz. Este ejerció una
dictadura modernizadora y propició un gran crecimiento económico.
Los gobernadores y las
autoridades locales no tuvieron casi poder en tiempos de Porfirio Díaz. El
tomaba todas las decisiones. Los diputados y los senadores aprobaban todas sus
iniciativas. La opinión pública debía estarle siempre agradecida. No se permitía
ninguna confrontación de ideas ni de opiniones.
El presidente se reeligió
varias veces. Por largo tiempo esa fórmula funciono porque el país anhelaba la
paz y la prosperidad, y porque el gobierno de Díaz logro un impresionante
impulso económico. Con el tiempo, los problemas sociales se fueron agudizando.
A un lado de la creciente desigualdad y del clima de injusticia que se vivía,
el problema mas grave fue que no había oportunidad para que quienes deseaban participar en la
política pudieran hacerlo.
Díaz se acercaba a los
ochenta años y era natural pensar que pronto tendría que ser reemplazado. El
dictador no facilito la sucesión. En 1908, el periodista norteamericano James
Creelman lo entrevisto. Díaz le dijo que México ya estaba preparado para tener
elecciones libres, la noticia lleno de
optimismo a muchos, que comenzaron a organizarse para participar en las
elecciones de 1910. Surgieron partidos políticos y se escribieron libros y
artículos que discutían la situación del país.
Díaz en cambio de opinión y
se reeligió de nuevo. Pera ya era posible detener el deseo de cambio.
FINES DEL PORFIRIATO
En
1908, Francisco I. Madero, hijo de un rico industrial y latifundista, publicó
un libro que pronto se hizo famoso, La sucesión presidencial en 1910, en
el que condenaba el militarismo, rendía culto a la Constitución de 1857 y
llamaba a la ciudadanía a organizarse de cara a las próximas elecciones
políticas. Madero organizó el Partido Antirreeleccionista, se entrevistó con
Díaz y tras las elecciones, que volvió a ganar fraudulentamente el dictador, en
julio de 1910 lanzó el llamado Plan de San Luis, en el que se reivindicaban,
entre otras cosas, la devolución de las tierras a los campesinos y el 'sufragio
efectivo, no reelección', tan esgrimido por el propio Díaz en época anterior.
El 20 de noviembre de
1910, siguiendo la llamada de Madero, se iniciaba la Revolución Mexicana, que
acabaría con el Porfiriato después de un breve pero intenso enfrentamiento
político y militar. El 25 de mayo de 1911, la Cámara de Diputados recibió la
renuncia formal a la presidencia de la República del general Porfirio Díaz. Esa
misma noche salía rumbo a Veracruz, donde se embarcó con destino a Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario